Por Vizzor.
El director de films como Senderos de Gloria (1957), Odisea en
el Espacio (1968) y La Naranja Mecánica (1971) dio sus primeros pasos -antes de
ser cineasta- como fotógrafo. Nacido el 26 de Julio de 1928 en Manhattan, Nueva
York, el joven Stanley fue un devoto de la lectura, un apasionado del ajedrez y
la estrategia (temas recurrentes dentro de su obra) aunque aún no había
descubierto el arte por el cuál se lo reconocería a nivel mundial. Al cumplir
sus trece años, su padre decide regalarle su primera cámara fotográfica,
cambiando irrevocablemente su destino así como la historia del cine.
Su primera cámara fue una Graflex (una Speed Graphic) y
fueron producidas a partir del año 1912, extendiendo su producción hasta
comienzos de los 70s. Popularmente está considerada la típica cámara que usaba
la prensa especializada, especialmente el reportero fotográfico Arthur Fellig a
quién el joven Stanley admiraba profundamente. Un vecino de su edad, Marvin Traub, quién poseía
un laboratorio fotográfico en su casa, le enseño como manipular las fotografías
a partir del uso de sustancias químicas. Al pasar los años, totalmente
determinado por seguir su pasión, ingresa en el instituto William Howard Taft
donde comienza participando en el grupo de fotografía, cubriendo eventos, y
aprovechando para analizar todo tipo de films tratando de averiguar cómo habían
sido filmadas (una graciosa anécdota cuenta que Kubrick evadía los momentos de
diálogo en pantalla, prestando atención solamente a las imágenes narradas cuando
no tenía lugar la palabra).
Contando con poca experiencia, pero siguiendo un gran afán
por realizarse y aprender más, Kubrick descubre la calle, transita la ciudad en
busca de una mirada personal. En 1945, mientras los diarios anunciaban la
muerte del presidente Franklin Roosevelt, Stanley capta la imagen de un
vendedor en su puesto de diarios abatido por la noticia, este hecho lograría
que la revista Look lo contratase a pesar de tener solamente 16 años.
Relacionándose con expertos y profesionales comienza a desarrollar una gran
sensibilidad en cuanto a la composición, la atmósfera, y la luz.
(Stanley
Kubrick, 4 de Diciembre de 1960, Notes of
Film, The Observer).
Continuará...
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